miércoles, 30 de noviembre de 2016

Cahuil-Las Palmas

Ruta cahuil - las palmas

Dividire este relato en dos partes, la primera y la segunda, obvio. 
La ruta a cahuil, suspendida hace un mes atrás por la lluvia, ahora se hacía realidad. 
El punto de encuentro, la copec de talagante.
La que tiene el pronto copec sobre la autopista?
Si, esa misma, la de siempre.
La hora de encuentro? Mejor no profundizar en eso pues quien a participado con nosotros en alguna ruta o quien a leído antes este blog, sabrá que el horario por mas que nos esforcemos, no se cumple.


Alex, tuvo problemas de bencina con su moto y quedó tirado unos kilómetros antes de llegar al punto de encuentro. cuando por fin llego, nos mencionó que subió extrañamente el consumo de combustible.
Ya en ruta nos detuvimos jn momento en Melipilla. Gonzalo no llevaba carpa y quería comprar una. 
Alex aprovechó de poner un poco de aceite a su moto.


Finalmente,  Gonzalo no compro carpa y Felipe lo invitó a que compartieran la carpa con el y Jaime. 


Los primeros tramos de esta ruta son netamente de asfalto y ya lo hemos recorrido en varias ocasiones por lo que no despierta mayor interés.
La parada casi obligatoria en la central rapel está vez no duro mas de 10 minutos.






Me adelante un poco para fotografiar la pasada de los demás por la central.


Francisco en su xr150


Al pasar Jaime, note que llevaba su mochila colgando. Gonzalo lo alcanzó para avisarle
Jaime "gato", en su tornado


Poco antes de llegar a Litueche, está el desvío hacia La Estrella, un pequeño pueblo, que se ha convertido en pasada obligada, sólo por que el camino que lleva a el, es de tierra y es una buena opción para ir soltando las muñecas y adaptarse a la conducción fuera de pavimento además de servir de atajo hacia Alcones.


Desde algún lugar, se que nos cuidas y acompañas en nuestras rutas.


Ribo en su xr250

La parte fome hasta acá, fue comprobar que pronto pavimentaran este camino.



Ya habíamos avanzado varios kilómetros por tierra hacia la estrella cuando vemos a Alex detenido a la orilla del camino.
Nos comenzamos a detener para ver que le pasaba.
Su moto se detuvo de pronto, pensó en algún momento que se había ahogado por llevarla a fondo.


La empujamos un poco para que le diera arranque, con el pedal no tenía éxito.
Encendió luego de unos intentos, pero el motor tenia un sonido extraño.
La detuvo y volvió a ponerle un poco más de aceite. Sumado al poco que ya le había puesto durante la detención en Melipilla. Termino por ponerle el litro por completo, midió con la varilla y no marcaba aún.
Le pase medio litro que llevaba en caso de que fuera necesario, con ese poco ya marcaba en la varilla entre el mínimo y el máximo. La empujamos de nuevo y partió, pero el sonido ahora era peor. 


Decidimos movernos de ahí, llegar a La Estrella y decidir qué hacer.
César me ofreció nuevamente como moto grúa, pero me relevaron y Ricardo con su Klr, remolcó a Alex y su Xr hasta el pueblo.


Cesar, escoltando a ricardo y Alex.

Aprovechamos la sombra del pueblo para comer unas empanadas ( no eran las mejores que he comido, pero a esa hora un con tanta hambre fueron salvadoras).
Ricardo, llevaba entre sus cosas un vaso de vidrio, una de las ventajas de llevar maletas en la moto. Permite llevar más cosas y protegidas. Todo se fue al carajo cuando Ribo se camino y pateó el vaso sin darse cuenta.


Mientras Alex decidia que hacer...

Otros descansaban...  Y eso que aún no empezaba la parte buena de la ruta.

Alex barajaba dos opciones, dejar la moto en la comisaría del pueblo, viajar a Santiago y con calma conseguir con quien ir a buscarla y la otra era llamar a una grúa que lo llevará enseguida con su moto a Santiago.
Luego de un llamado consiguio a alguien que lo fuera a buscar esa misma tarde. Así que ya más tranquilos de que tenía quien lo rescatara pudimos continuar con el viaje.

Durante el descanso me saque las botas y cuando me las volví a poner me puse una mal, como los demas ya lo habían notado me puse la otra para la foto. 

Pasamos a la bomba de combustible de la estrella.
Que envidia me dió la Xr150 de Francisco, que consumió la mitad de combustible de lo que consumió mi tornado, en el mismo tramo de la ruta.
Y tras cargar  dejamos atrás el pequeño pueblito .

Hasta el paso por La Estrella, aún era más de lo mismo, igual a otras rutas anteriores.

Que tenía de especial o novedoso está ruta, con respecto a otras que hemos realizado por el sector?
Esta vez intentariamos llegar desde alcones hasta cahuil, no por ruta de asfalto ni ruta de tierra, sino que seguiríamos la antigua huella dejada por el paso del ferrocarril que iba desde San Fernando a Pichilemu. 
Esta ruta ferroviaria ya no está en uso, es más, en el 2005 luego de una licitación, se sacaron los rieles de gran parte del tramo San fernando-pichilemu.
Quedando ahora sólo algunos durmientes y los túneles que la línea atravesaba. Y por esos mismos túneles surgió el entusiasmo por realizar esta ruta patrimonial.
Información precisa de como acceder a la antigua línea férrea no teníamos. Pero Ribo se ocuparía de trazar la ruta, ayudandose de algunos reportes fotográficos y de Google earth.
Buscando tambien encontré este blog, trenapichilemu.blogspot.clque fue de gran ayuda. De echo hicieron casi el mismo tramo caminando.
Ya con la idea más o menos clara de la ubicación de la línea y por donde se podria entrar a ella sólo nos quedaba llegar allá y ver si habían muchos portones o rejas que nos impidieran el paso.
Llegamos a Alcones y comenzamos un trayecto por un camino de tierra. Mismo camino que habíamos recorrido antes en dirección a Pichilemu. Sólo que esta vez en la primera intersección doblamos a la izquierda. Desde ese punto nos separaban sólo un par de kilómetros hasta donde estaba marcada la entrada a la ruta  del tren.
Sólo había un problema. Un portón y su cadena.

Ribo tenía otros posibles accesos marcados en su gps, por lo que avanzamos los dos buscando por donde entrar. Los demás se quedaron a la espera, cerca del portón. 
Vimos varios posibles accesos, pero ninguno nos convencía, de pronto una entrada al bosque, sin rejas ni alambrados y una pequeña huella que se internaba hacia una pequeña quebrada. Ribo, no considero esa huella como la posible entrada y siguió avanzando por el camino, buscando otro acceso. Yo mas porfiado me interne en el bosque, baje un poco. La huella a ratos era ancha, alguna vez paso alguna camioneta por ahí. Baje unos 500mts y Vi que la huella seguía mas allá. Me devolví al camino principal, para avisar. Ribo ya venia bajando, un poco convencido de que habíamos encontrado la entrada. Fuimos en busca del resto del grupo.
Mientras explorabamos, a ellos les dieron el dato, de que por el portón se accedía fácilmente a la ex linea de tren, y que si queríamos, pidiéramos permiso  para entrar, en una casa que estaba ahí cerca. Entre pasar sin permiso por una huella que no estábamos tan seguros de que nos llevaría hasta la línea, a pedir permiso y entrar sabiendo que llegariamos fácil a la línea, no quedaba otra mas que acercarse a dicha casa y solicitar el permiso.
Ribo y César llamaron a la casa, pero parecía abandonada, luego de varios intentos nos fuimos a la otra entrada, total el perderse por una huella sin saber hasta donde llegariamos, era parte de la aventura.


Bajamos todos por la huella entre el bosque de pinos. Mientras Avanzamos el gps nos mostraba que estábamos próximos al trazado que tenía marcado Ribo. Terminamos de bajar y llegamos a un camino de arena. Según Ribo, estábamos avanzando paralelos a la línea, solo nos separaban una densa vegetación de espinos y zarzamoras.
Tratamos de abrirnos camino entre las plantas, siguiendo senderos de animales pero era imposible atravesar. Volvimos a la huella de arena y continuamos avanzando, esperado encontrar algún lugar donde atravesar la fortaleza de espinas. 
Luego de unos metros Ribo de detuvo a mirar su gps y nos señaló que a medida que avanzavamos nos alejabamos de la línea y de su trazado. Un Par de metros mas allá de donde estábamos detenidos vi una pequeña huella, y siguiendo mi instinto comencé a avanzar, hasta que llegue a un precario puente sobre agua detenida y putrefacta,  la única posibilidad de cruzar era por sobre ese par de troncos podridos a sólo centímetros de caer al agua turbia. Pense en volver, pero al mirar hacia atrás vi que ya todos me habían seguido, no quedaba otra mas que cruzar y ver que pasaba. 
En momentos así, es cuando me acuerdo de Cristopher y me pregunto, por que no vino el?  El tiene un don para caer en el barro. Yo no, y no quería ser el blanco de las burlas.
Despues de toda esa pasada de rollos , cruce y pase sin problemas. Deje la moto y me puse en posición para tomar las fotos pertinentes. Más de alguien iba a caer, no por que yo lo quisiera, sino que los troncos podridos no daban ninguna seguridad y alguien debía capturar ese momento.

Aparte de pasar por el tronco podrido lo mas pronto posible habia que agacharse apenas se saliera puesto que en la subida había una rama atravesada.



Pasaron todos, sin mayores problemas.

Gonzalo, saliendo del "puente"

Salvó que Francisco olvidó agacharse lo suficiente y golpeo con su casco el tronco atravesado.


Mi cámara tendría que seguir esperando, pues nadie quiso caer y darme material para el blog.


Pero la espera fue mas corta de lo que esperaba, ni a diez metros del lugar donde estabamos, Jaime golpeo unas ramas quebradas y se fue a piso. comprobando que no todos los gatos caen de pie.
Mas gracioso que su caída, fue darnos cuenta que al contrario de ayudarlo, todos sacamos las cámaras para la foto, mientras el nos decía " saquen la foto luego que me duele la pierna".


Después de la dosis necesaria de bullying, continuamos, pero se quedo Felipe afirmando las ramas para no caer como Jaime.



Ribo que se había adelantado, volvió hasta donde estabamos para decirnos que por fin estábamos cerca de la línea del antiguo tren a Pichilemu.

Luego de la casi impenetrable vegetacion, un camino de ripio se abría paso por el cerro, más que seguro por ahí pasaba antes la línea, pero ya no había más que un camino de ripio entre los bosques. El terraplén había sido invadido por algunos arbustos. Ahora la huella dejada por el paso del tren, era utilizado por los camiones para transportar la madera cortada. Ni rastros de lo que alguna vez fue la línea.
Al seguir avanzando, fueron apareciendo a los costados del camino algunos palos podridos, de lo que alguna vez fueron los durmientes del ramal.  Para mi sorpresa a medida que avanzabamos se ponía más bonita la ruta, los durmientes aún permanecian intactos en algunos tramos.


Hasta que llegamos al gran hito de este ramal, el hoy declarado monumento nacional, túnel El Árbol.


El servicio de tren se suspendió en el año 1993, por lo que el abandono tras estos años se nota. Por suerte es sólo el abandono en cuanto a mantención y no ha sido rayado ni ensuciado.
La entrada oriente del túnel está cubierta de vegetación y fluye agua desde el interior del túnel.



No podía faltar la foto grupal a la entrada del túnel.


César fue el primero en animarse a cruzar los 1960 metros de absoluta oscuridad del túnel. 


A pesar de que fuera del túnel El sol quemaba, al interior la temperatura era bastante baja. 
Avanzar sobre las piedras sueltas y los durmientes se hacía complicado, a pesar que se veía la luz de la salida del túnel, parecía que mientras más avanzabamos más nos faltaba para salir de ahi. 
En jerga endurera, estaba mata brazos la pasada por el túnel. 


A mitad del paso, Jaime se detuvo a recoger la carpa que llevaba Felipe, la cual cayó desde su moto sin que lo notara.
Con el paso por el túnel, para mi la ruta ya estaba pagada. Era la parte que quería conocer.




Video desde la cámara de César, cruzando el tunel

La entrada poniente del túnel está menos cubierta por vegetación.


Continuamos por la ruta, siguiendo los restos del abandonado ramal a Pichilemu. Los restos de durmientes hacían bien entretenido el trayecto. Aunque en los brazos se sentía el agotamiento.
Nos aproximamos a un segundo túnel, mucho mas corto que el anterior, el cual pasamos rápidamente.

Ribo y César, frente al segundo túnel.


Desde ahí la huella continua en dirección a la costa, a ratos avanzabamos sobre los durmientes o esquivandolos, de pronto también el camino se hacía más ancho, seguramente para el acceso de los camiones de las forestales. 
Aún así seguíamos avanzando paralelamente a la línea.

Por lo general los caminos forestales están siempre bien mantenidos, por lo que se podía avanzar más rápido.

Si mal no recuerdo este es el llamado paso las mulas.
Puente ferroviario. Aun quedan algunas débiles barandas de fierro oxidado.

Continuamos avanzando, habían algunos portones, pero todos se podían abrir. Pasamos dejando todo tal cual.

Mas alla devuelta a avanzar sobre los durmientes, cansador pero mucho más entretenido.



La única parte del camino con grietas, obviamente por aca no andan los camiones.


En el descanso me adelante para tomar fotos de los demas al pasar.




Felipe, subiendo por el camino con grietas.



Una pequeña trepada con grieta en el centro. Al subir había que cambiarse de lado, pasando sobre unas rocas que hacían de puente en la grieta.


Llegó un momento en que fue necesario entrar a la grieta para seguir avanzando.

Ricardo en su Klr, las maletas quedaron casi tomando en los bordes de la grieta.

Una pequeña pasada por una puerta en el cerco y salimos de la ruta por la línea del tren.
Desde ese punto ya no volveríamos a ella.
Al salir, un monolito a San Judas.



Aún por caminos privados, avanzamos en dirección a Pichilemu. Nos quedaban unos 10km aún. Nos apuramos un poco, aún debíamos pasar a Pichilemu, para comprar carne y después continuar hacia cahuil, por el camino que va a quebrada Nuevo Reino y a los Ciruelos.
Avanzamos y en cierto punto nos encontramos en una  T del camino. Doblamos a la izquierda y seguimos. 200 mts más allá el camino se dividía. A la derecha un portón, a la izquierda teniamos libre acceso.
Continuamos, pero poco más allá otro portón. Lo abrí, pero Ribo decía que nos estabamos alejando de la ruta según el gps. Volvimos al portón anterior y pasamos, según Ribo ese camino nos llevaría a Pichilemu.
Avanzamos sólo un poco hasta que los que venían mas atrás nos avisaron que un auto nos seguía.
Lo esperamos y tras pedir disculpas por entrar al terreno sin permiso, nos indicó cómo salir hacia Pichilemu, de todas maneras nos dijo que si queríamos seguir en su terreno que no habia problemas. Asi, con permiso, continuamos explorando. El camino se perdió, Avanzamos un rato a campo traviesa, pero sabiendo que no llegariamos a algún camino.
Nos devolvimos hasta la T y seguimos en la dirección antes despreciada, pero que era la correcta. continuamos avanzando, apareció una casa. Pasamos rápido. En alguna parte del camino a César se le cruzo una vaca kamikase y casi la choca. Pasamos bajo el puente el sauce y al poco rato estábamos en las afueras de Pichilemu, retomando el pavimento.
Foto de www.trenapichilemu.blogspot.cl
Nosotros no nos detuvimos ahí como para tener mi propia fotografía. Por el puente paso el tren hace años, el camino de abajo, lleva a Pichilemu.

En Pichilemu, compramos lo necesario para el asado y nos apuntamos en retomar el camino hacia cahuil, queríamos llegar con luz para elegir bien donde quedarnos y poder armar las carpas tranquilamente.
Después de una pequeña separación del grupo en los semáforos de Pichilemu y un letrero de no entrar en una calle, nos volvimos a reunir y continuamos durante media hora por camino de ripio hasta llegar al cruce del estero. La noche la pasaríamos al lado norte del estero y al dia siguiente los muchachos lo cruzarian para continuar hasta Lolol.


Durante el viaje varias veces bromeando le dijimos a César que en el río estaría su Fan Club. Esto por que el año pasado, al pasar por el río, unos niños nos ayudaron diciéndonos por donde cruzar. Esa vez cesar se lució posando para las cámaras de las familias que acampaban ahí. Seguramente rompió muchos corazones.
Foto de la ruta del año pasado hacia Pichaman.
Link de ese relato

Lo gracioso, es que al llegar al estero, se nos acercaron unos niños y eran los mismos del año pasado. Nos reconocieron por las motos. Demaciada coincidencia. Los niños van al río como paseo de curso de fin de año. Me faltó la foto del grupo de niños.

Buscamos un lugar donde armar las carpas y nos instalamos.

César le fue haciendo el quite a armar de inmediato su carpa. No es muy experto en el tema. Para cuando los demás teníamos todo listo, el recién empezó a armar.

Tomamos una buena ubicación para reírnos de su nula capacidad para armarla.


A pesar de que le costó, algo a aprendido en este tiempo.


Después de varias bromas, nos preocupamos de preparar el asado. Con un hoyo en la arena y unas ramas verdes para levantar la parrilla armamos nuestro quincho improvisado.


Ya sólo quedaba relajarse por el resto de la tarde.

Gonzalo y Ricardo, descansando después de la aventura del día.

Francisco


Los choripanes estaban buenísimos, aunque Felipe pateó un poco de arena sobre la parrilla, pero le dieron un toque mas crujiente.


Aparte de los choripanes, tiramos unas chuletas sobre la parrilla. Y por primera vez pudimos ponerle sal a la carne, pues antes de salir me acordé de echar un salero y un poco de orégano.
A pesar de eso, fui blanco de burlas, por que según ellos estoy tan acostumbrado a que Evelyn me mande en la casa que ahora voy a todas partes preparado para cocinar.



Con música de soulfly y rage agaisnt the machine compartimos un buen rato. A pesar del cansancio había ánimo de compartir un rato antes de ir al descanso.




Cuando nos íbamos a dormir jaime salió a lucir su saco de dormir, aunque no quedó claro si era un traje de apicultor,  disfras de teletubbies o del abominable hombre de las nieves.

Jaime y su traje de astronauta


Ya comodo en mi carpa y antes de dormirme escuche por un buen rato a César maldecir al viento por que su bolsa de agua se había roto, mojando su carpa y ropa.
A pesar de despertar un par de veces en la noche, dormí bastante bien, la carpa playera que he utilizado para estos viajes siempre a funcionado de maravilla. Por suerte no me ha tocado lluvia.
Desperté temprano, cerca de las 7:30. A las 8 ya aburrido de estar encerrado, salí a caminar y buscar un lugar por donde cruzar el estero con las motos. 

Cuando salí de la carpa encontré a ricardo haciendo vivac. 


Caminando por la orilla note que esta vez traía mas agua que las 2 veces anteriores en que lo hemos cruzado.



Volví a donde estaban las carpas, aún dormían los demas, así que me senté al borde del agua, de pronto vi que pasaban varios peces río arriba. 
Creo eran carpas, así que saque de mi mochila Nylon y unos anzuelos y plomos que lleve por si se presentaba la locación de pescar.
Para carnada no tenia nada, ni me di trabajo de buscar algo. Sólo les puse un poco de chorizos, de los que habían quedado de la noche.
Y lance, al cabo de unos minutos tenia media docena de carpas fuera del agua.
Naaaa!!! Mentira, las malditas no comen embutidos, he visto que las pescan hasta con granos de choclo, pero despreciaron los chorizos súper cerdo. Así que después de unos 40 minutos de intentar sacar alguna, me aburrí y antes de que se levantará alguno de los muchachos y se burlara de mi mala fortuna en cuanto a la pesca, guarde todo y volví a sentarme a la orilla del agua.

Felipe salió de la carpa, pero para volver a recostarse en la arena. Después de un buen rato comenzaron a despertar los demás, cerca de las 10am.

Como dije en  un principio, el relato estará dividido en dos. Mi participacion en esta ruta, llegaba hasta ahí. Tenía compromisos familiares y debía volver a Santiago a mas tardar a las 3:30 de la tarde.


Antes de irme, fui con los demás a buscar algún sector por donde cruzar el río con las motos. César se metió al agua y estaba demaciado profunda para pasar con las motos sin correr el riesgo de que entrase agua por la admisión.
Continuo caminando por varios sectores del rio hasta que encontró un na pasada menos profunda. Como yo fui con la moto hasta allá, fui el conejillo de indias y probé la pasada. 
Sin problemas llegue hasta la otra orilla y continúe para comprobar si por ese lugar había forma de conectar con el camino público. Después de comprobarlo volví para avisar que se podia. Volví a cruzar el río pero a la mitad se detuvo el motor. Pense lo peor, agua al interior del cilindro o mesclada con la bencina del carburador.
La saque empujando y después de varios intentos le pude dar arranque nuevamente. Por suerte solo se había ahogado.

Cuando los demás estuvieron listos para continuar con la ruta, nos despedimos, ellos seguirían hasta Lolol, por caminos de tierra, yo en cambio, volvería por asfalto a Santiago. Casi a las 12, emprendimiento mi regreso, parando solamente en Ciruelos para tomar una foto a la iglesia y continúe.

Iglesia de Ciruelos

Antigua construcción a un costado de la nueva iglesia de Ciruelos

La segunda parte del viaje, queda en manos de Ribo, por lo que está historia continuará...

2 comentarios:

  1. Estimado.
    me encanto el relato y la aventura. estaría muy bueno que subieras mapas de la ubicación de los lugares, el tunel y caminos.
    te felicito segui asi.
    abrazo y buenas rutas

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  2. hola, muchas gracias por el comentario. estoy escribiendo sobre una nueva ruta por esos lugares y esta vez pondre algun mapa. saludos

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